La carta lo decía todo
no era necesario pensar en supuestos
era claro
transparente
Todas las respuestas a tantas interrogantes
de días añiles y lagrimas domingueras
ya se veían
ya se percibían
en aquella simple carta que
Don Antonino mando a Melquiades
para explicar el motivo de su partida
luces fragmentadas
sombras penetrantes
dentro de un ambiente hostil
que ahora
por fin se aclara,
dentro de un sobre
sellado por la casa de correos de Madrid.
La carta era una hoja en blanco.
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