Este nuestro presente en que sonreímos a nuestros fantasmas y no olvidamos, en el que imaginamos nuestro egoísta futuro y despreciamos el poder llamarnos a las tres de la mañana para preguntar que hemos soñado…
Yo no sé hasta qué punto el sueño me pueda tumbar mientras escribo, recuerdo que debo un libro a la biblioteca en la calle de Colima, que la prudencia es mejor si se saborea en sus diferentes presentaciones, que es urgente lavar mis tenis, que necesito un atril para regalarlo una ves decorado…en fin; Yo no sé hasta qué punto pueda resistirme a marcarte y preguntar: te he despertado?
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire